ROCKY BALBOA

Llevo meses esperando ansiosamente el estreno de Rocky Balboa. El boxeador creado por Sylvester Stallone ha sido protagonista de algunas de mis películas favoritas, y siempre ha sido un claro inspirador en todo lo que concierne a mi vida deportiva, por no decir que el amigo Rocky ha sido capaz de imprimirme un "algo" que nunca hace que me rinda ante nada en esta vida.

Tras realizar hace escasos días una preview del juego Rocky Balboa que en breve lanzará Ubisoft para PSP, termino el día 12 de enero con la plena satisfacción de haber asistido al estreno del film. Y con orgullo, puedo decir que es una de las mejores películas que he visto en toda mi vida, un hermosísimo broche final al honesto potro italiano, capaz de eliminar totalmente el extraño regusto amargo con el que nos dejó Rocky V.



Retomando el camino de la primera y oscarizada entrega, Stallone ha sido capaz de regalarnos una obra realizada con el corazón, una cinta con mensaje y que alecciona e incita a ser mejores en esta vida, a ser nosotros mismos. Una maniobra tan inteligente como emotiva que viene de la mano de un hombre ninguneado por los "entendidos" del mundo del celuloide, con un Sylvester Stallone que, en cualquiera de sus funciones en Rocky Balboa (director, guionista e intérprete) se luce de forma terriblemente honrada.


Viéndola me he emocionado con el drama de Rocky, he sentido hasta el alma la pérdida de su querida Adrian, me he reído con las inocentes bromas de nuestro héroe, y he saltado y apretado los dientes con el combate final, sintiendo por primera vez en mucho tiempo emociones que no sufría desde que ví las clásicas películas de la serie. No saber qué pasaría al final es... increíble.


Gracias, Sly, de corazón. Y hasta siempre, Rocky...