MINI-REVIEW: God Hand
Capcom y Playstation 2, un binomio que ha dado muchos frutos de calidad. God Hand en concreto representa lo último del estudio Clover, aquel que nos regalase los radicalies Viewtiful Joe o el más reciente Okami. Antes de cerrar sus puertas y reconvertirse en Seeds, pudo dejar otra semilla aparte de la aventura de la mística loba blanca, y es este God Hand.
Curioso es que, viendo la trayectoria, por así decirlo, experimental de Clover, se desmarcasen con un producto tan de la vieja escuela. God Hand no es más que un beat’em-up al uso, tal vez lo más parecido a un Final Fight que haya visto la luz desde los tiempos de la PsOne. Y tiene muchas cosas geniales en su estilo: es contundente, el control responde de forma magnífica y el juego en sí es tremendamente fluido y dinámico.
Por el contrario, el nivel técnico del programa deja un poco que desear. Sobre todo en los gráficos, que si bien el modelado de los personajes (muy al estilo de "El Puño de la Estrella del Norte") es soberbio, los escenarios son muy, muy simples, y pecan de todo tipo de fallos poligonales. Pero las divertidas melodías, el notable ritmo del juego y, sobre todo, el sentido del humor que destila God Hand por todos sus poros (las risas enlatadas son increíbles) hacen de este clásico “yo contra el barrio” un título de lo más recomendable. Por no decir de lo adictivo que es, comparable a los grandes mitos de antaño del género más peleón.
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