El otro día, viendo
el trailer del nuevo film de las
Tortugas Ninja, recordé los geniales momentos que, allá terminando los años ochenta, nos dió ese pedazo de arcade que era (y es) el
Teenage Mutant Ninja Turtles de
Konami. No cabe duda de que la compañía nipona barrió en el terreno de las recreativas con este estupendísimo juego de lucha en el que las protagonistas absolutas eran los por aquellos entonces popularísimos quelonios. Bueno... todo hay que decirlo, cuando salió este arcade en España, los personajes en cuestión aún estaban por conocerse, ya que todavía no se había estrenado la primera serie de animación ni se había publicado el cómic original de Kevin Eastman y Peter Laird.

¿Qué tenía de revolucionario este arcade para atraer a tantos y tantos jugones? Doy fe de que esta máquina enganchó a un servidor como ninguna otra, gracias a motivos tan poderosos como, aparte del maravilloso apartado técnico del que hacía gala, el que cuatro personas pudiesen participar simultáneamente en este festín de artes marciales al estilo ninja. Algo que no se podía ver todos los días, y ciertamente resultaba una bocanada de aire fresco tras los tiempos de sequía entre el mítico
Gauntlet o las carreras de
Super Sprint.

Leonardo, Michaellangelo, Donatello y Raphael eran los personajes que estaban a nuestro control, en pos de salvar (como siempre) a April O'neal o al mismísimo maestro Splinter. Y de paso, derrotar de una vez por todas al malvado Shreeder, al extra-dimensional cerebrito Krang y a todo el grupo ninja que respondía al nombre de "el clan del pie". Un desarrollo que, de principio a final, estaba en perfecta sintonía con la serie de dibujos animados, compartiendo para ello los mismos diseños, aquí calcados al píxel.

Ya desde el principo
TMNT llamaba la atención con la portentosa digitalización de la canción que daba pie a la serie animada. Y no sólo eso, sino que los divertidos gráficos lucían como pocos arcades lo hacían en esa época, moviéndose con envidiable rapidez y situándose a la vanguardia tecnológica de la época. Por su parte, el sonido puro Konami, contundente al cien por cien. Todo conjugado con un desarrollo que empezaba fuerte y espectacular: rescatar de las llamas a la reportera April enfrentándonos al final de la fase al bruto Rocksteady, el humano mutado en rinoceronte. Y es que los final-bosses de este juego eran absolutamente geniales...

En fin... ¿qué más podría contar sobre uno de mis arcades favoritos?. Mi consejo es que, si lo véis, intentad hacer todo lo posible por compartir la experiencia lúdica que regala esta obra de
Konami con otros tres amigos. La compañía nipona aprendió que la experiencia más allá de los dos jugadores habituales era bastante fructífera, así que extendió esa tendencia en muchas de sus siguientes obras, tales como los estupendos
Sunset Riders,
Cowboys of Moo Mesa,
The Simpsons o con
X-Men, yendo más allá con este último gracias a la insólita posibilidad de jugar seis personas simultáneamente. Ah, y claro está... la continuación de las tortuguitas, la estupenda
Teenage Mutant Ninja Turtles: Turtles in Time.
¿Qué más? Pues que el original
TMNT de recreativas apareció para multitud de sistemas, entre los que se encuentran
PC,
Amiga,
Atari ST,
Spectrum,
Amstrad CPC,
Commodore 64 y
NES. Todas realizadas por
Probe para
Image Works, excepto (como no) la de los 8 bits de
Nintendo, programada por la propia
Konami, siendo ésta la versión doméstica de mayor calidad. Por contra, el trabajo de Probe para el resto de máquinas se encontraba muy por debajo del portentoso logro que realizaron versionando al clásico
Golden Axe. ¡Cowabunga!