Hand Helds
El concepto de consola portátil no nació con la Game Boy de Nintendo, ni mucho menos... ¿Acaso los más veteranos no habéis tenido en vuestras manos alguna de estas pequeñas y viciantes joyas?
Por supuesto, estamos hablando de las antaño populares Game & Watch de Nintendo, también conocidas como hand helds o, más vulgarmente, como “maquinitas”. Y es que estos aparatitos han sido fuente de vicio de muchos jóvenes aficionados a los videojuegos, en momentos de la historia en los que tener una consola de sobremesa o un micro ordenador no era algo tan extendido ni accesible. De hecho, era una utopía, vaya...
En muchos casos, un concepto tan simple como el de movernos horizontalmente para ir cogiendo los objetos que vas cayendo era la excusa perfecta para dar vida a un divertido Game & Watch. El argumento se basaba en acumular más y más puntos en pos de superar nuestros propios records, combatiendo con la creciente velocidad con la que se desarrollaba el juego. Más tarde popularizados también por otras compañías niponas, se pueden recordar títulos maravillosos en LCD como Ball, Octopus, Vermin, Fire o Judge, que dan sin duda buena fe de este adictivo sistema. ¿Quién no se ha viciado con algunos de estos mitos del ocio electrónico?
Casio, al igual que Nintendo y muchas otras compañías asiáticas, se embarcó en la producción masiva de hand helds, siendo una excelente muestra de su trabajo el genial e intemporal SG-11 Soccer Football Game, considerada como una de las mejores maquinitas de todos los tiempos. Esta maravilla recreaba de una forma bastante convincente el desarrollo de un partido de fútbol, algo bastante difícil de asimilar en una portátil de este tipo. Disponía de marcador de tiempo, goles y la opción de movernos en todas las direcciones, e incluso un pulsador que medía la fuerza de nuestros disparos de forma analógica. Corners, faltas, pases... todo lo que se puede esperar encontrar en un partido de fútbol estaba presente en la obra de Casio. Un encuentro tras otro, con la dificultad y la velocidad disparándose, pero siempre bajo las premisas de lo que es ser una de las hand helds más divertidas jamás creada. Por eso y por mucho más, un aparatito del todo excelente que aún atesoro con sumo cariño.
Otro día contaré la fatídica historia de otra mítica hand held que, en mi tierna infancia, conocía como "la del pollito"... y de cómo mi hermana le arrancó las teclas, a la pobre. Casi como si le quitase las plumas al pollo, oiga...
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