LA TELARAÑA DE SPIDEY

Directísimos al píxel.

08 septiembre, 2006

Freak vs freak... Una guerra sin vencedor

El mundo del videojuego es rico en matices. Poderoso en lo tecnológico, sorprendente en ideas, aplaudido por lo ocioso... en definitiva, magnánimo en bondades. Eso causa que seamos muchos los que estamos aquí dentro y amamos este mundillo fuera de toda duda. Y cada día más, tal y como bien prueban los últimos estudios, los cuales se encargan también de que, con el paso del tiempo, los freaks (o frikis) en esto del videojuego ya no sean aquellos arquetipos de nerds sin amigos, sino que el modelo actual enfoque incluso al joven padre de familia como la nueva generación de adictos a "matar marcianos".

Tras muchos, muchísimos años disfrutando de este nuestro sector favorito, puedo afirmar que, en lo que a reacciones de los aficionados se refiere, he visto de todo. Ahora mismo, sólo basta con hacer un leve repaso a cualquier foro de videojuegos para observar decenas de batallas sin sentido. Desde las míticas PC vs consolas o Sony vs Microsoft vs Nintendo, hasta las más centradas en determinados juegos o sagas, léase las clásicas Pro Evolution vs Fifa, Metal Gear Solid vs Splinter Cell o, de las más recientes, Gran Turismo 4 vs Forza Motorsport. Luchas dialécticas que en su gran mayoría destilan una falta de lógica y, por qué no decirlo, en algunos casos de madurez francamente alarmantes. Eso incluye, por supuesto, esa técnica de mal gusto llamada "viral marketing" -donde empleados de compañías de videojuegos cobran por hacerse pasar por foreros 'normales' que apoyan sus juegos-, que tanto veneno remueve entre los usuarios.

Pero esto no es algo nuevo. No el "viral marketing", sino los sentimientos de amor/odio entre sistemas o juegos. Basta con retroceder un buen puñado de años para comprobar como antaño ya se hacían notar los defensores acérrimos de cada causa. Yo mismo, en mis años mozos, usaba mi todavía infantil verborrea para defender a capa y espada al estandard MSX, mientras mis amigos hacían lo propio con sus ordenadores de 8 bits. "La Abadía del Crimen tiene colores en Amstrad, en los vuestros es monocromo, hala", "Pues anda que tu Last Ninja 2, que es una porquería al lado del de Commodore 64...", "Cuando tengáis un Metal Gear en vuestras máquinas occidentales se lo decís a mi MSX"... Cosas así. Guerras inocentes al fin y al cabo, porque aún arremetiendo contra el Amstrad CPC de por vida, disfrutaba como un enano jugando con mis colegas, por ejemplo, al recordado Target Renegade.

Por supuesto que todo esto aún tuvo su segundo apogeo en la gran guerra Megadrive vs Super Nintendo... pero retrocedamos más. Más todavía. Vayámonos a las mismas raíces del videojuego. Allí descubriremos que las principales impulsoras de estas pequeñas guerras eran, ni más ni menos, que las propias compañías. Desde tonterías tales como tratar de colocar el nombre a la empresa que más adelantado estuviese en las guías (Acclaim, Accolade, Activison, Atari...) hasta contratar a famosos televisivos para comparar en un cara a cara el potencial de dos videoconsolas (como el clásico caso de George Plimpton enseñando el poderío del Major League Baseball de Intellivision frente al más pobre Home Run de Atari para la VCS). Símbolos inocentes en un negocio que a la par que florecía, iba captando más y más aficionados.

Pero lo dicho. Hoy el tema está llegando demasiado lejos. Da igual que EA Sports lance un notable juego de fútbol... El hecho de ser un Fifa hará que una gran mayoría de adictos a Pro Evolution lo tachen de basura antes de probarlo. O viceversa. Basta con comprobarlo en cualquier análisis online y ver las reacciones de los usuarios en los foros. Del mismo modo, si eres fan de Silent Hill te aburrirá obligatoriamente cualquier título de la saga Resident Evil; si disfrutas como un niño con cada aventura de Mario, es posible que no aceptes ningún otro plataformas no protagonizado por el fontanero de Nintendo; o si aún aceptando que el prota de Killzone no es capaz de saltar o subir un pequeño peldaño puede que seas de los que opinan que Halo 2 da pena.

Y es que da que pensar hasta qué punto estamos llegando. Muchos son los que han convertido la pasión por los videojuegos en algo que roza lo enfermizo, y que puede hasta llegar a hacer mucho daño a la industria. Lo bonito sería amar los videojuegos como el elemento de entretenimiento que son, puro arte informático capaz de enganchar con buenas maneras a propios y extraños. Dando igual que tengas una máquina de Sony, que te guste Fable o que no compres nada hasta el próximo Mario Baseball... pero siempre respetando los gustos ajenos, y abriendo una puerta que nos haga palpar aquello que, de cerrarlas de nuevo, jamás sabríamos lo que nos perderíamos.

Claro está que si dos elementos claves en el mundillo son los primeros en cruzarse acusaciones y lanzar venenosos dardos de una compañía a otra... pues mal está la cosa para comenzar a enmendar a los fans. Los directivos de Sony tapando sus errores de bulto echando mierda sobre Microsoft , Peter Moore anunciando con sorna que GTA 4 vería la luz en 360 o que le "roba" al enemigo las licencias futboleras de la temporada... ¿Marketing? ¿Falta de madurez? ¿Comentarios Inocentes? ¿O simplemente, se han dejado llevar por sus lados más... freaks? Chi lo sa...

2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Bravo pr el artículo, lo leí en su momento en Meristation y me gustó mucho. Es una pena que muuuuchos forros se hayan convertido en gallineros.

En fin, suerte con este nuevo proyecto ;)

13:34  
Blogger Spidey ha dicho...

Tras reciblar ese textito, ahora me pondré a investigar si la nueva generación de consolas también lleva ese chip que bombea ondas que generan en los usuarios hormonas que induzcan a la idiotez ;)

Un saludo, Almorrano... Gracias!

01:37  

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